lunes, 28 de julio de 2008

¿ Cuál es la batalla que estamos librando ?

El problema central de la Revolución, el motor de la lucha de clases y los dos proyectos de país que están en pugna irreconciliable en Venezuela se corresponden con la respuesta a las siguientes preguntas: en beneficio de quién, cómo y en qué invertir la renta petrolera.

El proyecto capitalista: Propone invertir la renta petrolera para crear la base material del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción en beneficio de un puñado de oligarcas criollos y empresas transnacionales, manteniendo a la gran mayoría del pueblo en las más deplorables condiciones de pobreza, exclusión, represión, hambre y miseria. La base espiritual que sustenta el proyecto capitalista es la conciencia individualista que estimula la competencia de todos contra todos, el egoísmo, la mercantilización y deshumanización de las relaciones sociales. Para lograr estos objetivos y perpetuarse, tratan por todos los medios posibles de restaurar la cuarta república a fin de volver a privatizar las empresas del Estado, y los servicios públicos de salud, educación, transporte, telecomunicaciones, etc. Su mayor aspiración es entregarle la propia PDVSA a las empresas transnacionales. Este proyecto capitalista es impulsado por el imperio a través de los sectores contrarrevolucionarios apátridas de la oligarquía y capas medias que, con el ya agotado pacto de Punto Fijo, gobernaron al país durante la cuarta república. Son los mismos sectores individualistas, abiertamente racistas y despreciadores de los humildes que irrumpieron con el golpe de Estado el 11 de abril del 2002, el paro sabotaje petrolero y las guarimbas.

El Proyecto Socialista: Propone usar la renta petrolera para crear la base material del socialismo: la propiedad social de los medios de producción y la base espiritual que lo sustenta: la conciencia del deber social, el humanismo, la solidaridad. Plantea “Sembrar el Petróleo” en beneficio de toda la sociedad priorizando a la gran masa de trabajadores, campesinos y comunidades indígenas excluidos y menospreciados por ser pobres en la cuarta república, huérfanos de alimentación, educación, vivienda, salud, servicios públicos, carentes de cualquier tipo de protección social, alejados de los beneficios de la renta petrolera y víctimas de la violencia del Estado burgués. Son los mismos sectores que, convencidos del liderazgo del Comandante Chávez, salieron heroicamente el 13 de abril del 2002 a enfrentar el golpe de Estado, derrotaron luego el paro sabotaje petrolero y las guarimbas. Estos excluidos de la cuarta república constituyen la base social y política fundamental de la revolución, y deben ser su centro de atención a fin de brindarles acompañamiento sociopolítico revolucionario, capacitación, asesoramiento técnico y financiamiento para que puedan participar organizada, democrática y protagónicamente en la construcción del socialismo.

En resumen, la lucha que estamos librando en todos los rincones del país y en nuestros propios centros de trabajo es, por un lado, entre quienes liderados por el imperio y la oligarquía criolla fascista buscan invertir la renta petrolera para volver a restaurar la cuarta república neoliberal adeco-copeyana, corrupta, entreguista, en beneficio de las empresas trasnacionales y las élites oligárquicas y, por otro lado, quienes luchamos, liderados por el Comandante Chávez, por invertir la renta petrolera para construir una Sociedad Socialista a favor de las grandes mayorías.

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